Si hasta hace poco el trabajo de Mújica se caracterizaba por la reproducción sistemática de fotografías ajenas (normalmente con referentes al mundo de la moda) encontradas en medios online y/o perfiles de redes sociales, en su obra reciente encontramos que donde antes hubo fetichismo por la forma, hoy hay condensación; con que donde antes hubo sujetos como objetos de estudio, hoy hay fragmentos de códigos cibernéticos, errores informáticos, mensajes encriptados o simplemente símbolos desterrados de su contexto semántico con la única intención de desvelar, la relación muchas veces frustrante entre el azar de situaciones reales y la obsolescencia de los procesos digitales, cuyos vestigios redime, tan sólo haciendo screenshot, como si se tratase de los restos mortuorios de una sociedad destinada, como diría Jean Baudrillard en Carnaval et Cannibale, tanto a la carnavalización como a la auto-canibalización por la imagen. Asistimos así, a un conjunto de piezas, cuya creación ha sido posible gracias al azar estipulado por los algoritmos electrónicos de los gigantes de Internet; a un intento por capturar la esencia de las cosas desde una perspectiva de conservación de lo actual. en la red.